Palabrería: “Recuérdame en alta mar” de Rafael Alberti. *

Palabrería

Elementos de la tradición y nuevas formas en “Recuérdame en alta mar” de Rafael Alberti. *
Jesús Rito García.


Recuérdame en alta mar,
amiga, cuando te vayas
y no vuelvas.

Cuando la tormenta, amiga,
clave un rejón en la vela.

Cuando, alerta, el capitán,
ni se mueva.

Cuando la telegrafía
sin hilos ya no se entienda.

Cuando ya al palo-trinquete
se lo trague la marea.

Cuando en el fondo del mar
seas sirena.




La crítica señala Marinero en tierra, y en especial a la segunda parte de este libro con una influencia de la lírica popular, neopopulista o neotradicionalista. Como dice Juan Ramón Jiménez en la carta de presentación, es “poesía ‘popular’, pero sin acarreo fácil: personalísima, de tradición española, pero sin retorno innecesario: nueva; fresca y acabada a la vez; rendida, ájil,[sic] graciosa, parpadeante: andalucísima.”[1] En otras palabras y como lo explica Andrés Soria Olmedo acerca del neopopulismo o neotradicionalismo, “consiste en el uso poético de la poesía popular o tradicional española. Uso poético quiere decir asimilación y actualización, inclusión en el ‘orden simultaneo’ que forma la tradición literaria cuando se sirve de ella un talento individual de un poeta, según describió magistralmente T. S. Eliot.”[2]
También se ha mostrado el carácter vanguardista o moderno (no en el sentido del modernismo -corriente estética-) en algunos poemas de este libro, como lo dice Jasón Wilson “[...] dado que Alberti estaba poroso y atento al mundo, ‘impulsivo’ e ‘impresionable’ según él, la modernidad subyace detrás de la fachada andaluza.”[3]
La tradición y la visión vanguardista en Alberti están vinculadas a través de la realidad, el poeta habla de lo que es inmanente a él y de las cosas que le sorprenden. El poeta fusiona estas dos visiones sin ningún conflicto, sólo deja que la palabra lleve su curso y los elementos reaccionen satisfactoriamente ante el lector
Lo que se ha dicho principalmente es que “los dos temas fundamentales que constituyen el libro, en que lo agreste y lo marino, se combinan alternando lo andaluz y castellano”.
En “recuérdame en alta mar” el poema, según su estructura está dividido por seis estrofas, con versos de cuatro, siete y ocho sílabas, existe rima asonante en los versos tres, cinco, siete, nueve, once y trece; el “yo” lírico se dirige a un tú, que representa a la amada.
El poema esta escrito en una especie de gradación descendente, ya que inicia con la idea de  alta mar y mientras nos va describiendo los pormenores del viaje, llega a un final en el fondo del mar, con la amada convertida en sirena. Existe el correlato objetivo a través de las imágenes que se nos van planteando.

El viaje, como elemento de abandono, es una idea que se plantea desde el inicio, “Recuérdame en alta mar”  pide el amado, pero este viaje nos es un viaje con la idea de un posible retorno, es el viaje final, es el último adiós del amado, “cuando te vayas y no vuelvas”. Desde la Edad Media la idea sobre el último viaje está presente en la literatura, “el viaje hacia el mar, simboliza el viaje al otro mundo.”[4] Retomando la tradición de la poesía galaico-portuguesa Alberti menciona a la “amiga” para hacer el paralelismo entre la antigua doncella que llora la ausencia de su amado marinero (meu amigo), que  ahora el poeta lo transforma en el lamento del amado hacia ella, pero en el contexto de un viaje sin retorno.
Siguiendo la idea del viaje final, tenemos que tomar en cuenta otro elemento de la tradición medieval, que es la idea del mar como elemento opositor o temido por el hombre, como lo dice Alberto Navarro, “los escritores medievales se hallan más atraídos por los aspectos amenazadores y peligrosos del mar, que por los alegres y rientes”[5] en el poema, el “yo” lírico nos habla de un viaje amenazador, de un viaje truculento, sin retorno.
En la Edad Media, existen varias historias de barcas, en algunas ocasiones son la alegoría del peligro amoroso, pero en muchos casos, como en el caso del poema analizado, no. Las barcas encantadas, son muy recurrentes, “En el Laberinto de Fortuna  de Juan  de Mena encontramos la barca sin remos que sortea los siete peligros marinos.”[6]
Este viaje tempestuoso, que realizará la “amiga”, estará plagado de peligros y contraposiciones. El eje de todo el poema lo compone la repetición de la conjunción temporal cuando, que aparece en todo el poema para reafirmar la idea de que el “yo” lírico desea que lo recuerde, cuando  el último viaje suceda (interpretación personal) y se transforme en sirena.

Correlato Objetivo, el poema a través de imágenes que se van enlazando, en una especie de correlato objetivo, nos van dando la idea del tumultuoso viaje y el trágico fin de la embarcación. En este caso, el correlato objetivo se presenta con las palabras e imágenes que se van desencadenando: “la tormenta, amiga, // clave un rejón en la vela”, la metáfora del rejón, por el terrible rayo que desgarrará la vela, es una imagen directa, mostrando el daño que causa ésta en la embarcación. Siguiendo con las imágenes, se nos presenta un capitán que no se mueve aunque esté en alerta. En los versos diez y once que la telegrafía sin hilos, ya no se entiende. En estos dos casos, los ejes dinámicos tradicionales, como podría ser el capitán y un sistema de comunicación que es el telégrafo, ya no cumplen su función; uno ya no se mueve y el otro ya no se entiende. El caos que representan estas escenas nos van mostrando o indicando el trágico final de la embarcación y su tripulante.

La inmersión de un elemento moderno, como podría ser “la telegrafía sin hilos” representa parte de la temática del libro, como había nombrado elementos que toma de la tradición, también existen elementos de las vanguardias. Este elemento enfatiza la pérdida de la amada, sin ninguna salvación, tanto en el presente como en el pasado; en el presente, porque los medios de comunicación fueron y son un elemento fundamental en la vida, la tecnología representó la facilidad y comodidad de la vida, pero aquí el poeta lo nulifica como algo que también se debilita ante la naturaleza. Tanto el hombre vigoroso, que representaría el capitán y los avances tecnológicos, ambos ante la naturaleza, sucumben.
“Cuando ya al palo-trinquete // se lo trague la marea.” Siguiendo el correlato objetivo el palo-trinquete, representa la última etapa de este paso o ultimo viaje, con la imagen del trinquete tragado por la marea, inmediatamente nos evoca al hundimiento de la nave y el surgimiento de otro tipo de vida, “Cuando en el fondeo del mar // seas sirena.”
Las sirenas, la transformación de la amiga en sirena, nos remiten de nuevo a la tradición. Existen varias formas de ver a las sirenas en la tradición occidental, una de ellas, las sirenas que tienen por hábito o por tradición el cantar, y son vistas como seres malignos que atraen a los marinos para llevarlos a la catástrofe, o aquellas que con su canto anuncian la tempestad o la muerte del marino.
También existen aquellas “que empiezan por no serlo: muchachas que viven en la tierra y qué, por causas ajenas a su voluntad, se ven transportadas al mundo del agua y allí viven”[7] este sería el caso de la sirena del poema de Alberti, la amiga que se transformará en sirena a través de la muerte. El mar representa el sepulcro de la amada, que se transformará en un nuevo ser. Posiblemente existe la idea que está transformación o el paso al fondo del mar, es la búsqueda del paraíso, como país bajo las olas.
En paraíso en el fondo del mar, pide el “yo” lírico que viva su amada, en la transformación existe la esperanza de verla nuevamente al ser marinero o que ella viva eternamente. En este poema se plasman algunas de formas que buscaba Alberti en su poesía, formas nuevas y temas de la tradición; todas ellas se fusionan en este poema.




Bibliografía.
Alberti, Rafael, Marinero en tierra, ed. de Robert Marrast, Castalia, Madrid, 1990.

Marichal Salinas, Solita de, El mundo poético de Rafael Alberti,  Madrid, Gredos,1968.

Soria, Andrés, “la depuración de la mirada, en torno al neopopularismo de Rafael Alberti” en Cuadernos hispanoamericanos, 485-86, noviembre – diciembre, 1990. pp. 109-115.

Wilson, Jason, “‘Más o menos surrealístico’: la modernidad de Rafael Alberti” en Cuadernos hispanoamericanos, 485-86, noviembre – diciembre, 1990, pp. 59-62


* Rafael Alberti, Marinero en tierra, ed. de Robert Marrast, Castalia, Madrid, 1990. p. 134.

[1] Op. cit. pp. 116-117.
[2] Andrés Soria, “la depuración de la mirada, en torno al neopopularismo de Rafael Alberti” en Cuadernos hispanoamericanos, 485-86, noviembre – diciembre,  1990. p. 109.
[3] Jasón Wilson, “‘Más o menos surrealístico’: la modernidad de Rafael Alberti” en Cuadernos hispanoamericanos 485-86, noviembre – diciembre, 1990. p. 59.
[4] Solita Salinas de Marichal, El mundo poético de Rafael Alberti,  Madrid, Gredos, 1968. p. 42
[5] Alberto Navarro, cit. Por Solita Salinas, ibid, p. 41
[6] ibid, p, 42.
[7] Solita Salinas de Marichal, Ibid. p. 33.



Comentarios

Entradas populares de este blog

"Abas, el hombre" por Jessica Santiago Guzmán

El locus amoenus y el locus terribilis de la poesía